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Destinada a los gemelos alfas

Chapter 25
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25

Will caminaba en dirección a la oficina donde estaba trabajando el alfa aun cuando el clima era tan

húmedo, secándose de paso el sudor de su frente y con aun los recuerdos de hacía unos momentos

cruzando por su mente. Aun le costaba procesar ver a Clara tan cambiada, el brillo de aquellos orbes,

la forma en que hablaba, como se movía, como olía. Si, ella era la mate de su alfa y del otro hijo de su

exlíder, pero en ese momento le pareció la loba más atrayente que había visto hasta el momento en

toda la manada. Y aunque aquellos ojos rojos era sinónimo de salvajismo, y hasta destrucción él se

había sentido atraído. Se quedó parado en seco recordando las palabras de ella, incluso la piel

descubierta que había podido apreciar. Los dos lobos no la apreciaban. Ella una loba tan hermosa. Se

mordió la lengua y estuvo tentado a golpearse al darse cuenta de los pensamientos tan impuros que le

estaban cruzando debido a una loba que ya tenía pareja, y no solo una, sino dos.

Suspiró y se apretó el entrecejo. Lo mejor es que no se relacionara con ella más de lo indicado. Lo

podia atraer quizás porque no podía comprenderla, alguien como él que siempre tenía todo controlado

a su forma. Por ahora, solo podía hablar a su favor para que el alfa la liberara. Lo otro que ella hiciera

no sería su problema, tenía que pensar en la manada y su bienestar. Si ella terminaba siendo un

peligro para la seguridad de los miembros… en ese caso ya si interferiría… su conciencia, no sus

sentimientos.

Con esos pensamientos se encaminó a la oficina del alfa. Tocó la puerta una vez estuvo alliy esperó

hasta recibir respuesta del otro lado. Al entrar encontró a Dixon sentado detrás del escritorio con

cientos de papeles encima de la mesa. Aunque él como beta se había encargado de muchas cosas de

la manada ante la ausencia debido a la enfermedad del anterior alfa, había mucho trabajo pendiente. -

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¿Qué ocurre con Clara?- Dixon preguntó al sentir el olor de la loba sobre su beta. Su voz salió algo

grave y con un leve gruñido. -Alfa, vengo a pedir para quitarle el grillete a su mate. Su piel está

lastimada bajo el metal. Sería mejor retirarlo para que pudiera sanar. Dixon dejó de hacer lo que tenía

pendiente y alzó la cabeza.

-¿Qué garantías tengo que ella no saldrá corriendo otra vez en dirección a la cascada para matarse.

Ya ha mostrado su rechazo hacia mi aun cuando soy su mate- el lobo no parecía nada complacido con

la situación que estaba teniendo que llevar a cabo. El beta se quedó pensativo por unos segundos

debatiéndose consigo mismo, pero al final su mente racional ganó cerrando el dilema de su corazón.

Algo que le costó más de lo que imaginó. -Alfa, si es un poco más amable con ella quizás su mate deje

de tenerle miedo. Su encuentro la asustó mucho y está aterrada de que le haga dano.

Dixon se sobó la barbilla.

-No sé cómo ser cariñoso ni amable. No fui entrenado para ello- respondió sinceramente como si eso

fuera lo más norinal del mundo.

Alfa, solo tiene que ser menos agresivo con ella y ceder un poco. Ella es una hembra y su male. De

seguro si lo hace ella misma cooperará – Will dejó salir aquellas palabras siendo un discurso que

había repetido a más de un lobo que había tenido problemas con sus mates en el

pasado. Por alguna razón siempre funcionaba, como ahora. Después de unos pocos segundos, donde

el alfa no habló, finalmente se levantó de su asiento y camino hacia la puerta.

-¿Alfa… usted va a ver a su mate? – Will se alarmó por unos segundos recordando el estado de la

loba. Por alguna razón no quería que sus mates lo supieran, ella misma no lo había querido.

El lobo se detuvo y lo miró por encima del hombro.

– Acaso no puedo hacerlo – sus ojos dorados se entrecerraron en torno a él – Es mi loba.

-Si, si puedo – Will sintió una gota de sudor cruzar su espalda, era la misma sensación que había

tenido cuando se había encontrado primeramente con la nueva Clara. Era como que la atmósfera era

la misma entre los dos.

Dixon siguió su camino y fue directo a la escalera después de salir cuando un lobo entró corriendo. –

Alfa, alfa-se detuvo jadeando y doblándose. Estaba empapado por la lluvia y se notaba alarmado. -

¿Qué ocurre?- Dixon no perdió la compostura sabiendo que algo no estaba bien. -Alfa, tenemos

problemas. Fue detectada la presencia de salvajes en los límites de la manada. Quizás porque ya se

hizo pública la muerte del alfa, y piensan que usted es muy débil para proteger sus terrenos. La boca

de Dixon se hizo una fina y dura línea. -prepara a los lobos guerreros. Yo iré personalmente. ¿Cuántos

salvajes son? El lobo negó con la cabeza sin alzarla. -No puedo responderle con exactitud. Sin

embargo, no parece un grupo pequeño y parece bastante agresivos. Tenemos muchas lobas en

estado y cachorros. Sería peligroso que ellos ingresaran a los terrenos. Dixon asintió. -Buen trabajo-

respondió sorprendiendo incluso a Will que estaba parado cerca de él. El alfa se giró hacia él

extendiendo la mano. Al abrirla había una llave dentro de ella – Quita el grillete de Clara de su tobillo y

que se quede quieta dentro de la habitación- fue una orden rotunda ante de darse la vuelta para

desaparecer bajo la densa lluvia. will se quedó solo en el medio del pasillo. Dixon era un Ibo extraño.

Frio hasta la médula… pero racional, eso lo tenía que reconocer. Ahora, apretando la llave entre sus

manos era mejor acatar sus órdenes.

Se dirigió nuevamente a la habitación de Clara para encontrarla sentada en la cama, con las piernas

cruzadas. Al verlo entrar ella extendió el pie con el grillete. Ella ya sabía que traía la llave. No oído era

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bastante delicado dado que se había desarrollado bien y el sonido metálico era indicio.

Con cuidado el beta quitó el pesado grillete que cayó al suelo con un sonido sordo. La piel se vela toda

roja y con bastantes heridas que no habían podido cerrar dado el constante roce.

Buscaré una venda mientras tanto. El alfa no dio permiso para que salieras de la habitación. Hay

ataque de salvajes en los alrededores y es peligroso salir – Will se dio media vuelta en

dirección al baño. Solo no contó con que unos brazos rodearan su cuello desde atrás y algo pinchara

un punto en su cuello.

Intentó quitarse el cuerpo sobre su espalda, pero su fuerza fue mermando desplomándose sin poner

resistencia. Su pecho se golpeó contra el frío piso y gimió. Apenas pudo mirar hacia arriba mientras

Clara aparecía en su rango de visión lamiendo el dedo con la garra que había pinchado su cuello, –

Tranquilo, solo estarás inconsciente por unas horas. No atentará contra tu vida. Si quiero ver a mi otro

mate es el momento perfecto- ella sonrió levemente- Necesito algo de él. -No- jadeó Will intentando

moverse más no pudo hacerlo. Al parecer había tocado algún nervio pues no tenia control sobre su

cuerpo. Y contra su voluntad sus párpados se cerraron por completo. Clara se corrió el cabello hacia

atrás. Tenía que aprovechar ahora. Su otro mate no estaba en los alrededores, el beta era los

suficientemente descuidado para dejar siempre la puerta abierta pensando que ella no se daría cuenta

y ahora se había podido deshacer fácilmente de él. -Bueno Ethan, llegó tu turno-se relamió los labios.

Tomaría la sangre de él y seguiría fortaleciéndose hasta que su cuerpo le perteneciera por completo. Y

no desaprovecharía la oportunidad para aplacar el calor que estaba invadiendo su cuerpo, aun cuando

podía escuchar los sollozos de su otra consciente dentro de su mente negada a tener contacto

también con él.